A luchar por la paz y la libertad

A luchar por la paz y la libertad

2021-09-08 | Por Freddy Ames

Hace ya varios años, disputando un partido de fútbol 7 en un restaurante campestre del distrito de Lurín, en la zona sur de Lima, sufrí un accidente, producto de un golpe en el pie con un jugador rival. El golpe lesionó mi dedo pulgar, se fue hacia atrás. Cometí el error de jugar con zapatillas muy livianas.

 

En las cercanías no había médico, ni establecimiento de salud. El propietario del restaurante se acercó y me recomendó un ‘huesero’. Éste llegó premunido con unas cremas de olores extraños. Comenzó a frotar mi pie, entiendo que buscando colocar el dedo en su lugar. Los dolores eran tan intensos que un amigo, luego de increpar al ‘huesero’, decidió llevarme en su auto a una clínica de Miraflores. Ingresamos por emergencia. El médico de turno vio el estado de mi pie, me puso una inyección, supongo que con anestesia, me hizo algunas preguntas relacionadas al fútbol y, de repente, en un par de segundos, vi que mi dedo ya estaba en su lugar. Se fue todo el dolor y salí caminando de la clínica.

 

Desde esa fecha decidí nunca más poner en manos de improvisados, curanderos o aficionados el cuidado de mi salud y el de mi familia, y, por extensión, tampoco dejar en manos de aficionados la administración de mis empresas. La experiencia fue muy aleccionadora.

 

Ocurre que hoy, en nuestro querido Perú, la gestión del gobierno nacional está en manos de improvisados. Hemos cometido el peor error al elegir a personas sin conocimiento, ni educación alguna para gobernar. El tema es que no existe un médico que pueda corregir este grave error, ya que quien conduce el país está facultado, por la Constitución, a mantenerse en el cargo hasta el 2026.

 

Los responsables de este infortunio son los mal llamados líderes políticos que hemos tenido. A lo largo de los últimos 50 años, éstos sólo pensaron en sí, llegaron al poder con un solo objetivo, lucrar, y se olvidaron de educar al pueblo, pensaron que el Perú era su feudo, hicieron lo que les vino en gana y, a su paso, arrasaron con todo.

 

Entonces, era de esperarse que el resentimiento social y las necesidades insatisfechas de la población afloraran mediante el voto, y los desposeídos de siempre, que son mayoría en el Perú, eligieron a quien consideraban ser parte de ellos, aquél que reivindicaría sus aspiraciones. Pero, paradójicamente, la realidad les golpeó la cara antes de tiempo.

 

El Perú es la empresa más difícil de gerenciar; por tanto, un improvisado como Presidente y una corte similar (Consejo de Ministros) es casi lógico que estos señores, en menos de un mes de gobierno, con su silencio y actos fallidos, dispararan los precios de los alimentos, propiciaran la fuga de capitales, incrementaran el nivel de riesgo país y generaran una gran depresión, e inestabilidad emocional y económica al pueblo.

 

Algunos despistados dicen que ésa es la estrategia de la izquierda comunista que nos gobierna, “sólo han venido a crear inestabilidad y contradicciones”. En realidad, es darles mucho crédito. De hecho, su verdadera ‘estrategia’ es la improvisación y el desconocimiento de cómo gestionar eficientemente los recursos económicos, sociales y políticos de un país.

 

Si a la improvisación y al caos le sumamos el apoyo o alineación a corrientes ideológicas violentas y asesinas, que encarnaron los movimientos terroristas Sendero Luminoso y MRTA en el pasado reciente, y que hoy encarna el Movimiento por la Amnistía y Derechos Fundamentales (MOVADEF), el gobierno que preside Pedro Castillo y que dirige Guido Bellido no tiene futuro, pues los que queremos vivir en paz y amamos la libertad somos más, y estamos dispuestos a defender esos derechos cueste lo que cueste. No permitiremos que un par de malos hombres destrocen nuestra Patria.

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