2020-04-25 | Por Freddy Ames
Cuando Carlos Boloña Behr era Ministro de Economía, en 1993, en el gobierno de Alberto Fujimori, se crearon, por ley, las Administradoras de Fondo de Pensiones Privadas (AFP), siguiendo un modelo similar que ya tenía varios años de vigencia en Chile.
El principio era correcto. Hasta antes de dicha fecha era el Estado que administraba los fondos de los trabajadores, no existía cuentas individuales, todo el dinero recaudado iba a un fondo común; lo más grave, no había fondos, los gobiernos de turno habían tomado esos fondos para cualquier cosa, a pesar de su intangibilidad, los trabajadores al jubilarse recibían pensiones de miseria.
Todo el mundo vio el gran negocio de ser accionista de una AFP. Recuerdo a las primeras AFP: El Roble, Unión Vida, Profuturo, Integra, Providencia, Horizonte, etc. Algunas desaparecieron, otras se fusionaron y otras se mantienen.
El negocio era simple. Capital de trabajo para contratar promotores para afiliar trabajadores, un poco para publicidad, una vez conseguido un número importante de afiliados el negocio funciona solo; lo veremos más adelante.
El sustento de la ley era: que un tercero administrara los fondos que el trabajador dependiente aportara, mes a mes, a lo largo de su vida laboral a una cuenta personal abierta en la AFP, y que, luego de haber cumplido los 65 años de edad, una vez jubilado, reciba una pensión decorosa hasta cuando fallezca.
Se dispuso descontar el 13% de la remuneración mensual que percibía el trabajador; de ese valor, el 10% iría, directamente, a su cuenta personal, y el 3% para pagar comisiones a la AFP y seguros.
Imaginemos que un trabajador percibía S/ 2,000 de remuneración mensual, S/ 200 iría a su fondo y S/ 60 para pagar comisiones y seguros; es decir, que todos los meses perdía S/ 60. Hoy las comisiones han disminuido, pero, bajo esta misma figura, el aporte por comisión a la AFP no será menor a S/ 50 mensuales de la remuneración del ejemplo indicado, que es equivalente al 25% de su aporte; en realidad, una exacción; más bien, asalto a mano armada legal.
Ha transcurrido más de 25 años de creación del Sistema Privado de Pensiones en el Perú. El pobre trabajador que todos los meses, durante 25 años (300 meses), dispuso para un tercero del 30% ó 25% de su aporte mensual como comisión para la AFP, y que hoy ve grandes pérdidas en su fondo, la AFP le dice: “no te preocupes; mañana lo recuperarás”.
Mientras tanto, los bancos administran también, en una cuenta individual, el 8.33% de la remuneración mensual del trabajador, que la empresa deposita cada 6 meses como seguro de desempleo, denominado CTS o Compensación por Tiempo de Servicios. El banco no cobra un solo centavo de comisión y la tasa anual de interés que abona al trabajador bordea el 6% anual; es decir, si el banco administrara el fondo de pensiones del trabajador, que hoy lo hace la AFP, no le cobraría comisión y no sería sobre los S/ 200, sería sobre los S/ 260 mensuales que aporta; nos referimos otra vez al ejemplo.
A propósito, viene una anécdota que usted, estimado lector, la puede corroborar. Un importante grupo empresarial peruano, propietario de un banco de primer orden, era también propietario de una AFP. Hasta ahora no sabemos la razón, decidió vender su AFP, entonces el banquero, ahora jubilado y a su vez accionista mayoritario del grupo empresarial, en ese entonces, dijo: “… que su banco podía administrar los fondos de pensiones de los trabajadores y que no era necesario contar con las AFP, que no cobrarían comisiones”, y señalo inclusive el sistema, tipo CTS. Por supuesto, lo pararon en seco por burro, le dijeron que se callara y que tuviera una reunión con sus asesores de finanzas. Resultado: tuvo que comprar otra AFP.
En estos días se han publicado las utilidades de las AFP del ejercicio 2019. Según la Superintendencia del Mercado de Valores, llegan a los S/ 501 millones. ¿Cómo es que éstas tienen tremendas utilidades y los afiliados registran pérdidas en sus fondos? Parece contradictorio, pero no lo es. Explicamos con el ejemplo tantas veces citado. Pensemos que una AFP tiene, como promedio, 1 millón de afiliados y que éstos perciben S/ 2,000 mensuales. El aporte directo del trabajador a la AFP –para ella y nadie más- sería de S/ 50 mensuales por afiliado; ergo, S/ 50 millones de ingresos mensuales en total al mes; al año, S/ 600 millones de soles sin hacer nada; como les dije, ¡qué gran negocio! El banquero bruto dirá: “A tiempo rectifiqué”.
Dicen: “Un pueblo ignorante tiene los gobernantes y líderes que se merecen”. Es hora de cambiar tanto abuso. El Presidente Martín Vizcarra ha dicho que hará una reforma integral de las AFP; espero que no sea sólo palabras.