Mi hijo Renzo y su nueva etapa

Mi hijo Renzo y su nueva etapa

2019-05-13 | Por Freddy Ames

Coincidentemente, este domingo 12 de mayo del presente año se celebró el Día de la Madre, y también cumplió años mi hijo Renzo.

 

Recuerdo, como si fuera ayer, escuchar su peculiar voz de niño, disfrutar de sus historias imaginarias, verlo juntar las figuras e imágenes de Los Caballeros del Zodíaco, llenar álbumes con taps de Los Pokémon; de vez en cuando jugarle bromas robándole sus cartas de Magic, verlo emocionarse observando al mejor Barcelona de la historia, de los Messi, Iniesta, Xavi, Eto’o y otros monstruos del fútbol mundial.

 

Ya mayor se hizo hincha acérrimo de nuestro equipo de fútbol, Deportivo Coopsol. Allí pude constatar su noble sentimiento. El equipo muy pocas veces nos dio alegrías. Pese a ello, siempre estuvo al frente; lo veía sufrir por dentro, sabía que le afectaba; me dolía, le decía que el fútbol es así, que algún día no muy lejano alzaremos la copa. Le prometí.

 

Se convirtió en mi amigo. Estuvimos juntos con nuestra selección nacional de fútbol. Viajamos a Rusia a presenciar el Mundial. Vivimos momentos inolvidables en un país fabuloso. Visitamos Moscú, San Petersburgo, Ekaterimburgo, Saransk y Sochi. Nos quedamos maravillados por la grandeza del pueblo ruso, sus monumentos, cultura y la belleza de sus mujeres.

 

De regreso a Lima pasamos por España, motivo más que suficiente para mostrarle los estadios de las catedrales del fútbol: el Santiago Bernabéu, del Real Madrid, y el Camp Nou, del Barcelona Fútbol Club. Aprovechamos para conocer el Museo del Prado, deleitarnos observando obras maestras de pintores excepcionales. Me decía: “Papá, ¿has visto las obras de Velázquez, de Miró, de Durero, de Tiziano, de ‘El Bosco’?”. Yo le retruqué: “¿Viste las de Rembrandt, de Rubens, de ‘El Greco’, de Rafael?”.

 

La cereza de la torta. Me dijo: “Hay una pintura original de ‘La Mona Lisa’, de Leonardo da Vinci”. “¡No puede ser!”, le respondí. Esa pintura se encuentra en el Museo del Louvre, en París. En realidad, la pintura que se encuentra en el Museo Nacional del Prado es original, pero ésta es una previa que, como era usual en la época, muy probablemente Da Vinci y sus discípulos la prepararon para mostrar a quien les hizo el encargo principal. En este museo, verifiqué la vena artística de Renzo.

 

Nuestra amistad se ha ido incrementando con los años. Es un joven que ingresa a una nueva etapa de su vida. Le deseo lo mejor. Mi amor por él es sin condiciones. Como he señalado, tiene sentimientos nobles. Creo que ve a su padre más allá de las circunstancias, hecho que le agradezco.

 

Querido hijo, que estas tres décadas de vida que se inician sean tu trampolín para lograr las metas que te has propuesto. Estoy absolutamente seguro que lograrás ser un hombre de bien y un excelente profesional. Estaré siempre para apoyarte.

 

No me olvido. Este año nuestro equipo de fútbol ascenderá a la Liga Premier del fútbol peruano. La promesa que te hice la cumpliré.

 

Con aprecio, tu padre, que te quiere,

 

Freddy Ames.

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