Rusia un gran país

Rusia un gran país

2018-07-24 | Por Freddy Ames

Son las doce de la noche del 12 de junio de 2018,  llegamos  al Aeropuerto internacional de Domodedovo de la ciudad de Moscú, tomamos un taxi y nos dirigimos a nuestro hotel, este es el inicio de un alucinante recorrido por las principales ciudades de Rusia y de una experiencia extraordinaria e inolvidable que nos tocó vivir con ocasión de la participación de nuestra selección absoluta de fútbol en El Mundial que la FIFA conjuntamente con el Gobierno Ruso organizó para beneplácito nuestro.

 

Antes de visitar este hermoso país, consideramos que por haber estado muchos años bajo el yugo comunista encontraríamos ciudades atrasadas y un sistema de comunicaciones obsoleto y deficiente, grande fue nuestra sorpresa al comprobar que Rusia es un país moderno y desarrollado, con infraestructura ferroviaria de primer nivel, aeropuertos eficientes, en Moscú existen cuatro, tres para uso civil y uno para  uso militar, en las ciudades, el Metro subterráneo es el factor principal de transporte de las personas, tanto las estaciones de Moscú y San Petersburgo albergan esculturas de grandes artistas, en realidad cada estación es un museo que nos invita a permanecer más tiempo en estas.

 

Cada edificio de Moscú es una reliquia, sin dejar de lado la belleza de la Catedral de San Basilio, la Plaza Roja, el Mausoleo de Lenin, el Mercado de las Pulgas, este último una maravilla, allí se encuentra artesanía de alta calidad, loza y cubiertos que alguna vez estuvieron en la mesa de los Zares y en la de los antiguos dirigentes Soviéticos,  cascos y accesorios de soldados Rusos, Alemanes y Americanos que usaron en la Segunda Guerra Mundial, hasta uniformes de Cosmonautas a precios accesibles para un coleccionista.

 

San Petersburgo, mi ciudad favorita, es impresionante, antes de conocerla, Paris lo era, la ciudad de Pedro el Grande, de lejos ahora es la mejor ciudad que he conocido en el viejo continente, sus avenidas anchas e interminables, todas albergan tiendas y restaurantes que venden y ofrecen los mejores productos del mundo. Botes turísticos que recorren sus canales de agua, el Museo Del Hermitage, donde se exhiben las mejores pinturas de los maestros de la edad media y el renacimiento, los Jardines de Peterhof, donde las esculturas de oro conforman una gran fuente, el agua forma un espectáculo al discurrir armoniosamente.

 

Sochi, el balneario de los Rusos, a orillas del Mar Muerto, la mas Europea de las ciudades Rusas, en realidad mas parecida a las ciudades americanas, moderna, grandes autopistas, el sol quema allí como en ningún lugar, nuestra selección venció a Australia allí.  

 

Saransk, una ciudad pequeña y acogedora, nos percatamos por el olor que cada grupo de edificios cuenta con su propia planta de tratamiento de aguas residuales, sirve para regar las plantas y para mantener al mar sin contaminación.

 

Ekaterimburgo, ciudad que toma el nombre de la Reyna Catalina la Grande, ciudad tan grande como Moscú, pero con un sistema de transporte antiguo, observamos tranvías y trolebuses, nos recordó a Lima, cuando llueve, los vehículos circulan completamente sucios, no hay alcantarillas en las calles, el barro y el agua no tiene desfogue y las calles se inundan.

 

Está demás decir, entendemos que para el Mundial, todos los Estadios fueron remozados y se veían limpios, confortables, con visión panorámica, no importa el lugar donde uno adquirió su entrada, y de fácil acceso y evacuación.

 

Un punto aparte merecen las mujeres Rusas por su belleza sin par, de tan solo verlas uno se siente en el paraíso.

 

El 3 de julio, nos despedimos de Rusia, esta vez desde el aeropuerto Pulkovo de San Petersburgo, enrumbamos a Madrid con la pena de no haber podido departir más con los amigos, el idioma es una gran barrera, ellos no hablan ni el Castellano, ni el Inglés y nosotros tampoco el Ruso, aprendimos si una palabra, Spasiva, que quiere decir gracias, en realidad gracias a nuestra selección de fútbol por habernos permitido conocer un gran país y a su noble gente.

 

San Petersburgo, 3 de Julio de 2018

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