2017-06-27 | Por Freddy Ames
Así como a los entrenadores se les exige conocimiento y experiencia para dirigir equipos de fútbol u otra disciplina deportiva, también es indispensable que los dirigentes estemos preparados para llevar adelante a sus organizaciones. Otro de los graves problemas que afronta el deporte profesional, en el Perú, es la escasa preparación que tienen los presidentes y demás miembros de un club, en cuanto a gestión deportiva y administración de recursos económicos se refiere.
Dicen los entendidos en nuestra patria que un presidente de un club de fútbol se hace en el camino. Creemos que la frase no es la correcta. Deben decir que adquiere experiencia, pero todos sabemos que no basta. Algunos jugadores y técnicos se quejan del carácter de los presidentes y de su condición de sabelotodo.
Las organizaciones exitosas han delegado funciones a diferentes personas especialistas en selección y contratación de jugadores, gestión deportiva, marketing, finanzas, comunicaciones, etc.
Cuando la gestión deportiva es llevada informalmente, los dirigentes buscan otros métodos para conseguir objetivos, cambiando el destino de los partidos con influencias extrañas, internas o externas. Les sirve temporalmente, pero cuando, por alguna circunstancia, llegan a disputar encuentros a nivel internacional, los resultados son desastrosos. En esta instancia no vale la informalidad y las influencias. El dirigente cae desnudo y se observa su grave incapacidad.
Tal es la magnitud que el presupuesto de algunos clubes, destinado a afrontar los partidos internacionales, es muy superior a otros, por ejemplo: de Bolivia. Entonces las preguntas que debemos respondernos es: ¿qué pasó? ¿Por qué dimos vergüenza? La respuesta es, como alguna vez lo dijo un alto ejecutivo de una operadora de telefonía celular, que no sólo nuestro pensamiento es provinciano, sino que nuestra actitud también es provinciana. Por supuesto que no por haber nacido o por venir de una provincia. Se refería a que la costumbre hace que nos contentemos con poco y, en muchos casos, con nada. Ejemplo: muchos están felices con la labor del señor Ricardo Gareca, pese a los magros resultados obtenidos hasta hoy por nuestra selección absoluta de fútbol, la cual está prácticamente eliminada.
Si tuviéramos mejores dirigentes, es muy probable que otra fuera la historia a contar.